Entrevista en Diario de Navarra
El cantautor Iñaki Auzmendi, de Etxarri Aranatz, presenta Momentos, su segundo trabajo en solitario mañana sábado 18 a las 22 horas en El Bardo Escaldao.
TEXTOS: SANTI ECHEVERRÍA
IÑAKI Auzmendi es una de esas personas que vuelve a su gran ilusión, a la canción de autor cuando ya ha encarrilado la vida familiar. Pero como buen veterano que es, guarda los buenos recuerdos de todas esas canciones con las que se curtió en una juventud en la que pudo haber fichado hasta por una discográfica, pero dejó pasar el tren. Hace unos años contactó y entró a formar parte de la Asociación de cantautores Ojalá con cuyos componentes se siente cómodo, hermanado e involucrado en proyectos comunes que han logrado realidades como la del local El Bardo Escaldao. En 2014 volvió de nuevo a escena con Raíces de Piedra y Esperanza. Ahora publica su nuevo trabajo Momentos que ha grabado con Txuma Huarte en Binario Estudios. Una obra ilustrada de la pasión de un hombre por el compro- miso y por la tierra con la que se siente muy unido. Un clásico de pies a cabeza, Iñaki Auzmendi.
Veteranía sí, pero ahora presenta un nuevo “hijo” musical al mundo…
Para mi es muy emocionante. Es como tener un nuevo hijo. Todos queremos a nuestros hijos, que para nosotros son los más guapos, los mejores… Pero es el gusto de la gente el que pone a cada uno en su sitio. Yo estoy muy satisfecho del disco porque he podido trabajar con muy buenos músicos y buenas personas. Como el gran técnico, Txuma Huarte, o la buena diseñadora, Arantxa Arlegui. Son gente de vocación y tengo la suerte que les gusta lo que hago.
Cariño y profesionalidad…
Sí, y además poseen esa sensibilidad especial que ponen a tu servicio cuando mas la necesitas.
¿Se considera un cantautor que además de su compromiso social, se siente muy entroncado a la tierra?
Lo que siento realmente son nuestras raíces. Lo más importante para la persona -que tiene que estar en esta sociedad actual que obliga a vivir tan superficialmente, a huir de la realidad- es la esencia. Por eso canto tanto a los pueblos, a la raíz, a la esencia de la persona. No es lo que se tiene; es lo que se sien- te, lo que se ha vivido.
¿La canción Amigos de barro?
Refleja muy bien lo que es una persona. Somos lo que hemos sido cuando hemos nacido. Luego la vida nos moldea. Pero la raíz, la esencia y la cercanía a la tierra para mí son tres pilares básicos fundamentales.
¿Qué hay que hacer para acercarse al tema del compromiso social y salir ileso en un momento como el que vivimos?
Hay que intentar, sobre todo, ser uno mismo, creer en ti mismo y es- tar convencido de lo que dices y sientes. No dejarte influir por lo superficial y ser sincero contigo mis- mo.
¿Y la inspiración?
Es algo que te tiene que pillar trabajando. No creo en la gente que resuelve en diez minutos una idea que le ha venido andando por la calle y la convierte en canción. Cuesta mucho hacerla. Mi inspiración es el convencimiento de algo, una reflexión sobre un tema. Es empalizar y ponerte en la piel del que está sufriendo. Por ejemplo, en la canción Buscando la nada, me inspiró, cual bofetón, la imagen del refugiado que huía de la policía y alguien lo puso una zancadilla. Para mi fue como el símbolo de la sociedad que pone la zancadilla al necesitado.
¿Hay que trabajar un método?
Una canción cuesta porque es poesía y verso, es música y sobre todo, sensibilidad. Tiene que quedar como un cuadro bonito que cualquiera es capaz de entenderlo. No soy licenciado en filología y de nada valen las palabras bonitas si eso no termina de llegar. Pero tengo que tener un respeto a la lengua y al lenguaje; a la poesía y a aquel que me escuche.
¿Y la música?
A veces viene en un segundo de golpe de inspiración. Cuando escribes algo siempre te viene una música. Pero a veces te viene una música a la que le pueden ir tres temas diferentes. A veces, es simplemente un tema de tiempo si estás en actitud de trabajar. Aunque son más las veces en que primeramente escribes algo y luego le pones la música.
¿Iñaki Auzmendi se marca plazos?
Yo no me exijo porque mi base para componer una canción es la libertad, de tiempo, de pensamiento, de música, de expresión… Yo no hago una canción por encargo, sino cuando me sale, por inspiración o reflexión. Sería incapaz de trabajar a plazo fijo.
¿Le preocupa llegar a la gente muy joven?
Llegar a la gente joven o llegar a cualquiera es un tema que tiene que ver con saber transmitir. En los 80 cantábamos gritos que ves- timos de versos. Veinticinco años después seguimos teniendo y viviendo muchos problemas que prácticamente son los mismos aunque en distinta coyuntura. Quizá ahora el sentimiento se tiene mas externalizado por los hábitos de comunicación. Y eso también te hace pensar de otra manera. Pero la función del cantautor es llegar a todo el mundo.
¿Vive la canción de autor un buen momento?
Tiene buena salud respecto a los cantautores, pero en el mercado es un género muy específico y minoritario. En un concierto hay que ver a la gente cualitativamente y no cuantitativamente. Sin duda, cuanta mas gente venga a escucharte, mejor, no ya por el espíritu mercantil, sino porque cantamos para comunicar y cuanto mas comuniques, también es mejor. Creo que siempre va a existir canción de autor.
¿Hay relevo?
Están saliendo muchos jóvenes cantautores y pienso que lo están haciendo muy bien. Por ejemplo Marta Espinosa (hija de Fran Espinosa), Francho Sarrablo que es de Huesca, etc… Y tiene la sensibilidad del cantautor auténtico.